La Pobla: Un viraje de clásico a vanguardista
De cómo una vivienda unifamiliar semi-acabada de estilo clásico se convirtió en un hogar vanguardista, por Chiralt Arquitectos Valencia.
Esta vivienda de estilo vanguardista es uno de los proyecto más sorprendentes del estudio Chiralt Arquitectos por la peculiaridad de su desarrollo: reforma completa con aprovechamiento de la estructura existente.
Bautizado como proyecto ‘La Pobla’, sus propietarios iniciaron las obras de esta vivienda unifamiliar de estilo clásico llegando a completar la estructura y la fachada exterior. Con el tiempo y a la vista de los resultados, decidieron virar su estilo de la mano de Chiralt Arquitectos, que transformó esta clásica vivienda en un hogar vanguardista lleno de luz y elementos únicos.
Un exterior nuevo
El cambio en el exterior es el más llamativo pues, pese a tratarse de una fachada completamente terminada, su remodelación hace desaparecer todo rastro de trabajo anterior.
Hay una importante rehabilitación en los volados y las cubiertas; y que en la fachada, la utilización de materiales como el parklex (efecto madera) o la piedra caliza capri, permiten ocultar el anterior ladrillo caravista. Tras la reforma, la apariencia exterior es el más fiel reflejo de su interior. ‘Me gusta que los edificios muestren su interior a través de la fachada’, afirma el arquitecto Jaume Chiralt. Descriptivamente, la zona exterior delimitada por la madera marca el lugar que ocupa la escalera, mientras que los laterales corresponden a las zonas de estar: dormitorio, despacho, baños…
Un interior único
Por otro lado, la primitiva zona interior era completamente diáfana por lo que la distribución se realizó toda de nuevas. Entre sus elementos más característicos destaca: la pared de hierro natural lacado de la chimenea, y la multifuncional y exclusiva estantería de madera lacada en blanco situada en la zona de día y diseñada como una sucesión de columnas. Sus funciones principales son separar el recibidor de la zona de estar, filtrar las vistas del salón y permitir la entrada de luz de los amplios ventanales.
Un protagonista: la cocina
La cocina es el elemento central que ayudó a configurar la planta baja. Una cocina abierta a la zona de comedor-salón, a la vez que independiente gracias a un cerramiento de cristal que permite crear un espacio funcional e independiente, con una isla como zona de preparación de alimentos y una mesa de comedor para la degustación. Esta mesa queda pegada a una gran cristalera que comunica con la terraza y la piscina, y que al abrirse potencia la relación entre interior y exterior.
Finalmente, el mobiliario de la cocina se eligió en tonos claros para ganar luminosidad y producir un interesante contraste con la pared opuesta de metal dónde se ubica la chimenea. Una armariada blanca de mobiliario alto y en columna donde quedan integrados los distintos electrodomésticos y se camufla una puerta a la alacena.
Finalmente, la escalera principal es otro de los tesoros de la vivienda. Realizada en hormigón y forrada de madera, la barandilla es el elemento más llamativo. Huyendo del diseño tradicional, la barandilla se compone de dos potentes cristaleras de 6 metros cada una enmarcadas en bastidores de acero Inox y dispuestas a modo de paredes enfrentadas que recorren la escalera de arriba a bajo. Una arranca de abajo y finaliza con un corte diagonal convertido en el pasamanos del último tramo, y su oponente arranca en el primer piso y apoya en el techo de la cubierta.
